miércoles, 20 de octubre de 2010

Estrofa nemotécnica

Había cuatro cuestiones,
como un mar de dudas,
y no encontraba respuestas:
¿cómo lo resolverían?

Mi Imagen

Eran días felices... Compartíamos sonrisas, lágrimas, peleas, juegos, secretos,... la vida en general.  Coincidíamos con los gustos, nuestros juegos, nuestros aburrimientos,...
La vida era fácil, sencilla; una sonrisa era un pacto, guiñar el ojo era una alianza, un abrazo era un te quiero, una lágrima era una decepción, un beso era un perdón,...
Recuerdo aquella unión entre nosotros. Pasar cada minuto, cada segundo y todos los días juntos; hacer  cualquier actividad los tres. Aquella edad, aquella época, aquellos tiempos en que te adaptas a lo que sea, te gusta todo, y hacer cualquier cosa para pasarlo bien.  Un viaje largo y aburrido, pasaba a ser perfecto y divertido con el juego "veo veo", y sentir que tenernos era perfecto, era maravilloso.
Pero la vida pasa, la gente crece, nosotros cambiamos, la madurez implica dedicar más horas a todo, y el tiempo se agota rápidamente.  Mi hermano mayor ya no tiene mucho tiempo para mi, alguna vez, tenemos una charla, la confianza permanece viva, pero casi no nos vemos. Mi hermano pequeño todavía no es suficiente mayor como para escucharme, entenderme, ayudarme, aconsejarme... y solo nos dedicamos tiempo para un masaje, una partida de cartas, y una broma entre risas, pasamos por etapas diferentes.
Sólo un recuerdo, un momento, una imagen congelada, un día, un hecho, mis hermanos. Aquella felicidad que me transmite esa foto. Sólo eso, crean una lágrima, una añoranza, una reflexión que me hace ver, que me faltan mil instantes por vivir. Qué con sólo mirar la imagen, puedo ver en ella, que no hace falta buscar y preparar momentos. Que con la improvisación y un instante inmediato, podemos recordar eternamente, algo especial y al fin y al cabo, esencial.