martes, 21 de diciembre de 2010
miércoles, 10 de noviembre de 2010
La canción.
Cómo decir que me parte en mil
la esquinita de mis huesos,
que han caído los esquemas de mi vida
ahora que todo era perfecto.
Y algo más que eso,
me sorbiste el seso y me decían del peso
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
Me cuesta abrir los ojos
y lo hago poco a poco,
no sea que aún te encuentre cerca.
Me guardo tu recuerdo
como el mejor secreto,
que dulce fue tenerte dentro.
Hay un trozo de luz
en esta oscuridad
para prestarme calma.
El tiempo todo calma,
la tempestad y la calma,
el tiempo todo calma,
la tempestad y la calma.
Siempre me quedará
la voz suave del mar,
volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti.
En la voz suave del mar,
en volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti.
Cómo decir que me parte en mil
la esquinita de mis huesos,
que han caído los esquemas de mi vida
ahora que todo era perfecto.
Y algo más que eso,
me sorbiste el seso y me decían del peso
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
Siempre me quedará
la voz suave del mar,
volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti.
En la voz suave del mar,
en volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
“Yo a tu edad no...”
Cuantas veces hemos oído un: “estás demasiado en el ordenador”, “yo hasta los 18 no salí de fiesta”, “esto es para gente más grande”, “ esta hora es demasiado tarde”, “¿has abierto la agenda o es solo de decoración?”, “todavía no eres suficiente mayor”, “hoy te quedas en casa”, “te ven más tus amigos que nosotros”,”hablas más con eses del “xat” que con tu familia”, “los deberes se hacen solos, veo”... y todavía más y más malditas frases que no dejan de repetirnos la gente que nos rodea.
Que típicos y tópicos son esos comentarios sobre nosotros...
Muchas veces, nos sentimos juzgados, o metidos dentro de un grupo dónde sencillamente nos están globalizando dentro de lo habitual. “Somos más violentos y maleducados, vagos y malcarados, nos creemos grandes y superiores” dice la gente... Continuamente oímos comentarios malos sobre nosotros, y lanzados al aire, sin más. Nadie se para a pensar lo ofensivo que es que te globalicen dentro de un grupo de malos ejemplos y sin nada positivo. En ciertos modos no nos tienen respeto.
Que poca gente que hay hoy en día, que defienda a un joven. Alguien que rompe el hielo de toda regla, de todo lo dicho, alguien que por encima de todo lo que se dice, mantiene su opinión: “los jóvenes somos alguien más, que pasa por una etapa difícil”.
La mayoría de gente opina mal sobre los jóvenes, utilizan los tópicos sin pensar lo que dicen, siempre estamos dentro de toda estadística, y de todo rumor. Lo que son los jóvenes, lo son todos, sin excepciones.
miércoles, 20 de octubre de 2010
Estrofa nemotécnica
Había cuatro cuestiones,
como un mar de dudas,
y no encontraba respuestas:
¿cómo lo resolverían?
como un mar de dudas,
y no encontraba respuestas:
¿cómo lo resolverían?
Mi Imagen
Eran días felices... Compartíamos sonrisas, lágrimas, peleas, juegos, secretos,... la vida en general. Coincidíamos con los gustos, nuestros juegos, nuestros aburrimientos,...
La vida era fácil, sencilla; una sonrisa era un pacto, guiñar el ojo era una alianza, un abrazo era un te quiero, una lágrima era una decepción, un beso era un perdón,...
Recuerdo aquella unión entre nosotros. Pasar cada minuto, cada segundo y todos los días juntos; hacer cualquier actividad los tres. Aquella edad, aquella época, aquellos tiempos en que te adaptas a lo que sea, te gusta todo, y hacer cualquier cosa para pasarlo bien. Un viaje largo y aburrido, pasaba a ser perfecto y divertido con el juego "veo veo", y sentir que tenernos era perfecto, era maravilloso.
La vida era fácil, sencilla; una sonrisa era un pacto, guiñar el ojo era una alianza, un abrazo era un te quiero, una lágrima era una decepción, un beso era un perdón,...
Recuerdo aquella unión entre nosotros. Pasar cada minuto, cada segundo y todos los días juntos; hacer cualquier actividad los tres. Aquella edad, aquella época, aquellos tiempos en que te adaptas a lo que sea, te gusta todo, y hacer cualquier cosa para pasarlo bien. Un viaje largo y aburrido, pasaba a ser perfecto y divertido con el juego "veo veo", y sentir que tenernos era perfecto, era maravilloso.
Pero la vida pasa, la gente crece, nosotros cambiamos, la madurez implica dedicar más horas a todo, y el tiempo se agota rápidamente. Mi hermano mayor ya no tiene mucho tiempo para mi, alguna vez, tenemos una charla, la confianza permanece viva, pero casi no nos vemos. Mi hermano pequeño todavía no es suficiente mayor como para escucharme, entenderme, ayudarme, aconsejarme... y solo nos dedicamos tiempo para un masaje, una partida de cartas, y una broma entre risas, pasamos por etapas diferentes.
Sólo un recuerdo, un momento, una imagen congelada, un día, un hecho, mis hermanos. Aquella felicidad que me transmite esa foto. Sólo eso, crean una lágrima, una añoranza, una reflexión que me hace ver, que me faltan mil instantes por vivir. Qué con sólo mirar la imagen, puedo ver en ella, que no hace falta buscar y preparar momentos. Que con la improvisación y un instante inmediato, podemos recordar eternamente, algo especial y al fin y al cabo, esencial.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
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